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Primeros Pasos en la Decoración de Interiores

Es normal que frente a la decisión de hacernos cargo de la decoración y/o reforma de algún espacio de la casa, nos encontremos con una gran cantidad de preguntas y un gran vacío de conocimientos.

¿Cómo reorganizar el espacio? ¿De qué manera distribuir objetos y mobiliario? ¿Qué revestimientos son los adecuados? ¿Qué colores, texturas o estampados elegir?
Estas preguntas deberían hacernos reflexionar sobre la importancia de trabajar en un proyecto previo. Necesitamos dedicar un tiempo a planificar. Para ello se requiere de una serie de pasos que son los mismos que utiliza el decorador profesional para realizar sus proyectos.

1) Relevamiento del espacio

El primer paso consiste en obtener datos pormenorizados del lugar o habitación que deseamos decorar. Sepa que: el espacio propiamente dicho es la materia prima de la decoración, ya que a partir de los elementos físicos que lo conforman originalmente empezamos a trabajar, adecuandonos a él o eligiendo modificarlo. El conjunto total de la obra estará dado en primer término por el espacio en sí mismo, incorporando en una etapa posterior la elección y combinación del color, las texturas, la distribución y ubicación de muebles, objetos y artefactos de luz artificial.
En esta etapa, se prestará especial atención a cada uno de los elementos del espacio. Se tendrá en cuenta, por ejemplo: las dimensiones del lugar, qué paredes son de carga, cuales son medianeras, si existen escalones o desniveles, dónde están ubicadas las puertas y ventanas, dónde están las fuentes de luz natural, qué elementos de obra existen: armarios, sanitarios, chimeneas, interruptores; si hay problemas de humedad, cuales revestimientos en pisos y paredes hay en la actualidad.
Se tomarán medidas y se elaborará un plano del lugar, ubicando ventanas, puertas y demás elementos del espacio. En el lenguaje diario del decorador, el espacio vacío con sus elementos de obra se conoce como la caja.
La observación es la clave de esta primer etapa. Anote todo lo que vea. Luego, confeccione un plano simple con medidas y detalles, no hacen falta gráficos de arquitecto; simplemente dibuje las paredes, marque los detalles, el ingreso de luz natural, la altura de las ventanas, puertas y otros elementos de obra. Conviene también, como dato adicional, listar los objetos y muebles actuales de los que no nos queremos desprender y desearíamos incluir al proyecto.

2) Definir gustos y aspiraciones personales

Podríamos definir la decoración como el proceso de crear ambientes a la medida de quienes lo habitan o frecuentan, utilizando para ello recursos estéticos. Para dar con un claro proyecto decorativo necesitamos tener en cuenta cuestiones referentes a nuestra personalidad y anhelos; cómo somos, qué esperamos del espacio físico, qué nos hace sentir bien, cuales son nuestros gustos personales, nuestras aspiraciones, hobbies, actividades o cualquier otra cuestión relacionada a nuestra manera única de elegir la vida.
La decoración no se trata sólo de elementos estéticos, por el contrario, se basa en el compromiso con nuestra calidad de vida, nuestro bienestar, anhelos y expectativas.
Pregúntese qué colores lo inspiran, tanto a usted como a quienes vayan a compartir el espacio, qué objetos le gustaría que tuviese, qué estilos son más afines a su personalidad. Si, por ejemplo, se tratara de un dormitorio: ¿Desearía una cama mas grande que la actual? ¿Disfruta de ver televisión todas las noches? ¿Espera compartir el cuarto con alguien más? De esta manera, vamos obteniendo pistas sobre lo que deseamos para esta habitación o zona en particular.

3) Definir usos y necesidades específicos

El buen diseño de un espacio debe contemplar uso y necesidades. Saber, por ejemplo, qué actividades se desarrollarán habitualmente allí, cuales son los usos que hace la familia de él o las costumbres de los integrantes de la casa, qué necesidades físicas existen, cuales son las prioridades funcionales. De ello dependerá en gran parte las decisiones prácticas y decorativas que se vayan a realizar.
No dude en detenerse en este punto, no es un dato menor, ya que una habitación bien decorada pero sin una óptima funcionalidad, es una habitación mal resuelta; desaprovechada.

4) Definir los elementos de la decoración

Hemos llegado al 4to y último paso en la preparación del proyecto. Ahora estamos en condiciones de empezar a definir los elementos que componen la decoración. 
A) El espacio y su distribución. Ubicar las masas dentro del espacio (muebles, objetos y elementos decorativos) atentos al flujo de la circulación.
B) El estilo decorativo
C) La paleta de colores
D) La selección de texturas a utilizar en muebles, superficies y complementos. Entendemos por texturas a la calidad o aspecto físico de cualquier material empleado en la decoración (ej. satinado, rugoso, mate, etc.).
E) Revestimientos de paredes y pisos
F) Muebles, objetos y complementos de la decoración
G) La iluminación artificial
Es importante decir que toda esta información es sólo el disparador para que usted pueda empezar a entender la decoración, que puede ser un caos, con malos resultados, si no conocemos los mínimos detalles teóricos, conceptos y necesidades básicas. No se puede improvisar si se desea obtener buenos resultados. Antes de transgredir o dejarnos llevar por la pasión, necesitamos saber cuestiones básicas que no podemos ni debemos dejar pasar.
Conviene profundizar en estos temas para adquirir conocimientos prácticos en la mayor cantidad posible de aspectos involucrados a la decoración, ya que la forma natural de prueba y error que utilizamos para aprender cualquier materia, puede resultar un proceso caro que habrá que evitar.

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